Bajo los arbotantes de nuestro amor
caí en tus ojos como por un arcaduz
¿Sirvió ser chuzón y dar una ciboga?
No, quedé en sombras lejos de tu luz
Durante un tiempo ciclaste mi corazón
y construía un fiel ciborio con mi razón
pero cruel y sin aviso rompiste mi codaste
llenando mi alma de un marengo lastre
Y yo que te dediqué toda mi latría
de repente me subsumí en merequeten
y pensándote como una vil mesalina
rasgue mi espíritu buscando un retén
En la retícula de mi vida, fuiste mi bresca
y briago de tus besos me quedé chullo
corrí sin breque hacia tu boca fresca
famélico y silente como un murmullo
hoy te oculto en mi pretérito
como un oscuro y vil demérito
ya llegará el tiempo de olvidar
tu amoroso recuerdo sin cribar
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