jueves, 24 de marzo de 2011

Una aventura interdimensional

Tercera y última parte. Ambos protagonistas descubren un secreto increíble, rescatan la Piedra del Destino y consiguen una nueva oportunidad para La Tierra


Lentamente comenzamos a bajar por la escalera que –a fuerza de ser honestos con la pobre Esmeralda– estaba un poco resbalosa, tenía una humedad viscosa que la cubría y hacía que nuestras zapatillas fueran dejando una estela de pequeños hilos de baba.

Caminábamos en silencio mirando a nuestro alrededor en busca de arañas u otros bichos, pero por suerte nada de eso se nos presentó, las pareces estaban excavadas con algún elemento cortante, hacía media hora que bajábamos y bajábamos.

-          “Marcos: Acá tenés que tomar vos la delantera, para eso sos Estudiante de Ciencias Ocultas” dije con aplomo mirándolo a los ojos.

-          “Bueno… este… en realidad voy a estudiar Ciencias Ocultas cuando termine mis estudios de Contador en la UBA, es que mis viejos tienen un pequeño negocio y quieren que los ayude…” la voz vergonzosa de Marcos decía todo.

Lo miré con enojo pero sin rencor, otra oportunidad perdida.

El calor comenzó a hacerse muy extremo, la tonalidad rojiza de las paredes se incrementó y empezamos a percibir un zumbido lejano, más que un zumbido era un retumbar de tambores, sonaban con cadencia y parecía el latir de un corazón monstruoso.

La escalera desembocó en una galería gigante con un techo de más de veinte metros de altura, parecía el atrio de una Catedral, arriba en los costados había unas pequeñas cuevas que parecían albergar algún tipo de animal con pliegues membranosos.

En el centro del recinto había una pequeña pirámide trunca de más o menos un metro de altura. Estaba hecha de un material muy parecido al mármol pero de un color azul intenso, sobre su cúspide plana había un cubo que destellaba.

-          “Marcos, ¡La Piedra del Destino!”  “Allí sobre la pirámide: ¿La ves?”

Me di vuelta para ver a Marcos, un poco extrañado de que no me contestara, pero al girar la cabeza entendí el motivo de su silencio, a unos quince metros avanzaba hacia nosotros unas cinco criaturas similares a los dibujos de extraterrestres que todos habíamos visto alguna vez.

Bajos, de mas o menos un metro, color gris, sin nariz, sólo unos pequeños agujeros, cabeza alargada con un cráneo desmesurado y unos ojos enormes, ovalados y negros, mirar en ellos era perderse en un lago infinito de oscuridad.

Sus bocas eran casi imperceptibles y sus manos surcadas por innumerables pliegues de piel seca, me di cuenta que venían a apoderarse de la Piedra del Destino.

Los dos comenzamos a correr hacia el pedestal, uno de ellos levantó su brazo y una fuerza increíble e invisible nos golpeó en el pecho y nos detuvo.

No vimos moverse sus casi inexistentes labios, pero una voz grupal estalló en nuestros cerebros:

-          “Telepatía” pensamos al unísono Marcos y Yo

- “La Piedra del Destino es nuestra” el eco de cinco voces retumbó en nuestras cabezas

- “La Tierra tuvo su tiempo y lo malgastó con guerras y contaminación. Su religión es el egoísmo y la pereza”

Ese rayo nos mantenía inmóviles.

Vi a Marcos retorcerse tratando de liberarse, pero solo lograba mover un brazo y una pierna.

Pensé fuerte y mágicamente sentí que era como hablar en la cabeza de los otros: “No se lo van a llevar, es nuestra Piedra del Destino” Dije sin saber bien que era una Piedra del Destino.

-          “Nadie quiere llevársela” “este es nuestro planeta también” Susurraron en coro diabólico las entidades.

-          “Maldito Alien, que querés decir con eso”

-          “Que nosotros somos del futuro, no venimos de otro planeta, también somos terrestres”

Esa revelación me golpeó, toda una vida creyendo en los ovnis, derrotada en un instante.

-          “¿No hay vida en otros planetas?” transmití con mi pensamiento

-          “Pero que te crees, que esto es un programa de preguntas y respuestas, la Piedra del Destino sirve para producir pequeños cambios temporales, tiene la facultad de cambiar el pasado, pero si cambia el pasado desaparece vuestro futuro que es nuestro presente”

-          “Y ese pequeño cambio queremos evitar, porque sino desapareceremos”

De inmediato me sentí mareado y no entendía nada, otra vez esos malditos juegos de palabras.

Marcos no estaba mejor, telepáticamente podía sentir sus pensamientos, en un nivel estaba tan conmovido como yo ante las revelaciones que habíamos tenido, pero en la profundidad de su mente se podía ¿escuchar? ¿sentir? un deseo: ¡Que Atlanta suba a Primera!

Lo miré furioso y él se sonrojó y puso cara de ¿qué querés que haga?

De golpe miré a los habitantes de nuestro futuro y con fuerzas pensé:

-          “Pero si ustedes se roban la Piedra del Destino y fortalecen su presente, consolidan nuestro pasado y nos arruinan el futuro”

Los cinco se miraron entre sí con un poco de desconcierto.

El más avispado de ellos, se separó del resto y telepateó:

- “Su presente es hijo de su pasado y padre de su futuro que es nuestro presente, no se puede modificar el presente sin tocar el pasado y así cambiar el futuro”

Dispuesto a retrucar, transmití:

- “Este presente es el pasado del futuro, es decir que para el futuro está el pasado recién pasado y el pasado muy pasado, así que ustedes solo quieren solidificar el pasado recién pasado y ni hablemos de tocar el pasado muy pasado, mientras que nosotros queremos modificar lo que para ustedes es el pasado muy pasado pero que para nosotros es el pasado recién pasado para producir una variación en nuestro presente que es vuestro pasado recién pasado para alterar vuestro presente que es nuestro futuro”

Quedé muy satisfecho con semejante construcción que era imposible de comprender, ellos se miraron entre sí atontados por tamaña exhibición de esa alquimia verbal y empezaron a conversar mentalmente, su distracción fue algo que aproveché ya que en esos momentos el rayo inmovilizador se aflojó un poco.

Logré mover mi mano derecha y alcancé mi bolsillo, allí estaba el papel que nos había dado Esmeralda, obviamente este era el momento de leerlo:

Con la dificultad de desplegar con una sola mano un papel prolijamente doblado, logré ponerlo entre los dos para que lo pudiéramos leer:

- “Para vencerlos transiten sus raíces, caminen por su pasado, recorran su infancia, ellos la han perdido”

-          “y esto que significa” Dijo con su boca Marcos

-          “es alguna clave”  “Hay que descifrarla” le contesté

-          “Si es una clave, está en estas palabras: Transitar, caminar, recorrer” Marcos estaba contentísimo con su participación.

-          “También está Pasado, Infancia y Raíces” dije para no quedarme afuera

-          “¿Qué querrá haber dicho? Marcos me hizo señas que mirara a los ETs, estaban dejando de conversar entre ellos y avanzaban con intenciones que no dejaban suponer nada bueno para nosotros.

-          “¡Ya sé!” grité con todas mis fuerzas, “Las calles de nuestros barrios, nuestras raíces, nuestra infancia y nuestros pasados”

Marcos inmediatamente entendió y empezamos a recitar con nuestra voz humana las calles de nuestros barrios, las recitábamos como una invocación pagana de fuerzas sobrehumanas:

- “Cortina, Víctor Hugo, Moliere, Sarachaga, Bacacay, Miltón, Lope de Vega, Camoatí, Morón, Yerbal, Juan B. Justo” empecé a gritar sin parar

- “Antezana, Araoz, Camargo, Padilla, lavalleja, Julián Alvarez, Murillo, Jufré, Humboldt, Juan B. Justo“ desgranó a todo volumen Marcos

Los Grises se alteraron y no sabían que hacer

Nuestras voces se fundían en una sola: “Cortina, Antezana, Víctor Hugo, Camargo, Moliere, Padilla, Sarachaga, Lavalleja, Bacacay, Araoz, Lope De Vega, Murillo, Camoatí, Jufré, Morón, Humbolt, Yerbal, Juan B. Justo”

Lo repetíamos totalmente enajenados, el rayo empezó a desaparecer, empezamos a  acercamos al pedestal de la Piedra del Destino, mientras tanto seguíamos a toda voz diciendo: “Cortina, Antezana, Víctor Hugo, Camargo, Moliere, Padilla, Sarachaga, Lavalleja, Bacacay….”

Ellos se fueron volviendo transparentes y su desaparición se veía muy cerca.

Nos fuimos acercando a la Piedra del Destino y cuando estuvimos a menos de medio metro alzamos nuestras manos derechas y la tocamos, el pedestal empezó a hundirse y la Piedra ….. (bueno ustedes ya sabén cuál es) derramó una lluvia de luces alrededor nuestro, los extraños desaparecieron totalmente y en su lugar apareció fugazmente una imagen flameante de Esmeralda que nos decía, ahora con su voz aguda:

-          “Triunfaron, el pasado ha cambiado porque está cambiando el presente, hemos dado otra oportunidad a la Tierra… Felicitaciones Salvaron al Planeta”

Nos miramos con inocultable orgullo y en ese momento Marcos me hizo notar que nosotros también empezabamos a volvernos transparentes, inconsistentes.

Miré a la imagen de Esmeralda y le grité: “y ahora que nos va a pasar”

-          “Al cambiar el pasado se modifica nuestro presente, así que cada uno va a caer en su nuevo presente, tal vez nunca más nos volvamos a ver… Adiós… fue un placer conocerlos” y su proyección desapareció.

La caverna se estremecía con pequeños movimientos y se aprestaba a colapsarse, lo miré a Marcos y dándole la mano le dije: “Ojalá volvamos a vernos en otra ocasión” él me sonrió y apretó mi mano: “Suerte” me dijo.

De golpe nos volvimos cada vez más tenues y de pronto me vi inmerso en una especie de caída vertiginosa rodeada de luces y sonidos, a medida que iba cayendo me di cuenta que empezaba a olvidar todo, de pronto no supe dónde estaba y vi un estallido de luz.

-          “Al fin lo dijiste, yo también te amo” la voz armoniosa de Patricia iluminó mi pequeño auto, su mano se apoyó en mi pierna y ella se acercó a darme un beso.

Estaba inundado de felicidad, por la mano de enfrente un camión Verde venía a toda velocidad como si fuera un tren de Greenpeace dispuesto a llegar a su destino para rescatar una ballena encallada.

Llegamos a la oficina y todo parecía un nuevo mundo, como si se hubiera recreado por la simple razón de que Patricia me tomaba la mano con fuerza.

Fui a mi puesto de trabajo y enseguida apareció Gutierrez, mi Jefe.

Con el venía un muchacho:

-          “Hola, tengo nuevas y buenas noticias”

-          “Sí, ¿Cuáles?” dije con la mente puesta en Patricia

-          “Te presento a tu nuevo compañero de trabajo”

El muchacho me miró y dijo:

-          “Hola, Me llamo Marcos y estudio Ciencias Económicas”

-          “Hola Marcos: vas a ver que el trabajo es interesante"

Cuando se fue mi jefe le dije: "No se porqué me parece que te conozco de algún otro lugar ¿nos vimos alguna vez?

-          “A mi también me pareces familiar, pero creo que no, que nunca nos vimos”

Nos dimos la mano y empecé a explicarle todo sobre el trabajo.

El futuro se me presentaba venturoso, es una buena vida.

Final
(Agradecimientos: A Verónica por la lectura del borrador del cuento,
sus sugerencias y correcciones y a Tomi por el tiempo que le robé por escribir)

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