Tercera y última parte. Ambos protagonistas descubren un
secreto increíble, rescatan la
Piedra del Destino y consiguen una nueva oportunidad para La
Tierra
Lentamente comenzamos a bajar por la escalera que –a fuerza de ser honestos con la pobre Esmeralda– estaba un poco resbalosa, tenía una humedad viscosa que la cubría y hacía que nuestras zapatillas fueran dejando una estela de pequeños hilos de baba.
Caminábamos
en silencio mirando a nuestro alrededor en busca de arañas u otros bichos, pero
por suerte nada de eso se nos presentó, las pareces estaban excavadas con algún
elemento cortante, hacía media hora que bajábamos y bajábamos.
-
“Marcos: Acá
tenés que tomar vos la delantera, para eso sos Estudiante de Ciencias Ocultas”
dije con aplomo mirándolo a los ojos.
-
“Bueno… este… en
realidad voy a estudiar Ciencias Ocultas cuando termine mis estudios de Contador
en la UBA, es que
mis viejos tienen un pequeño negocio y quieren que los ayude…” la voz
vergonzosa de Marcos decía todo.
Lo
miré con enojo pero sin rencor, otra oportunidad perdida.
El
calor comenzó a hacerse muy extremo, la tonalidad rojiza de las paredes se
incrementó y empezamos a percibir un zumbido lejano, más que un zumbido era un
retumbar de tambores, sonaban con cadencia y parecía el latir de un corazón
monstruoso.
La
escalera desembocó en una galería gigante con un techo de más de veinte metros
de altura, parecía el atrio de una Catedral, arriba en los costados había unas
pequeñas cuevas que parecían albergar algún tipo de animal con pliegues
membranosos.
En
el centro del recinto había una pequeña pirámide trunca de más o menos un metro
de altura. Estaba hecha de un material muy parecido al mármol pero de un color
azul intenso, sobre su cúspide plana había un cubo que destellaba.
-
“Marcos, ¡La Piedra del Destino!” “Allí sobre la pirámide: ¿La ves?”
Me
di vuelta para ver a Marcos, un poco extrañado de que no me contestara, pero al
girar la cabeza entendí el motivo de su silencio, a unos quince metros avanzaba
hacia nosotros unas cinco criaturas similares a los dibujos de extraterrestres
que todos habíamos visto alguna vez.
Bajos,
de mas o menos un metro, color gris, sin nariz, sólo unos pequeños agujeros,
cabeza alargada con un cráneo desmesurado y unos ojos enormes, ovalados y
negros, mirar en ellos era perderse en un lago infinito de oscuridad.
Sus
bocas eran casi imperceptibles y sus manos surcadas por innumerables pliegues
de piel seca, me di cuenta que venían a apoderarse de la Piedra del Destino.
Los
dos comenzamos a correr hacia el pedestal, uno de ellos levantó su brazo y una
fuerza increíble e invisible nos golpeó en el pecho y nos detuvo.
No
vimos moverse sus casi inexistentes labios, pero una voz grupal estalló en
nuestros cerebros:
-
“Telepatía”
pensamos al unísono Marcos y Yo
-
“La Piedra del
Destino es nuestra” el eco de cinco voces retumbó en nuestras cabezas
-
“La Tierra tuvo
su tiempo y lo malgastó con guerras y contaminación. Su religión es el egoísmo
y la pereza”
Ese
rayo nos mantenía inmóviles.
Vi
a Marcos retorcerse tratando de liberarse, pero solo lograba mover un brazo y
una pierna.
Pensé
fuerte y mágicamente sentí que era como hablar en la cabeza de los otros: “No
se lo van a llevar, es nuestra Piedra del Destino” Dije sin saber bien que era
una Piedra del Destino.
-
“Nadie quiere
llevársela” “este es nuestro planeta también” Susurraron en coro diabólico las
entidades.
-
“Maldito Alien,
que querés decir con eso”
-
“Que nosotros
somos del futuro, no venimos de otro planeta, también somos terrestres”
Esa
revelación me golpeó, toda una vida creyendo en los ovnis, derrotada en un
instante.
-
“¿No hay vida en
otros planetas?” transmití con mi pensamiento
-
“Pero que te
crees, que esto es un programa de preguntas y respuestas, la Piedra del Destino sirve
para producir pequeños cambios temporales, tiene la facultad de cambiar el
pasado, pero si cambia el pasado desaparece vuestro futuro que es nuestro
presente”
-
“Y ese pequeño
cambio queremos evitar, porque sino desapareceremos”
De
inmediato me sentí mareado y no entendía nada, otra vez esos malditos juegos de
palabras.
Marcos
no estaba mejor, telepáticamente podía sentir sus pensamientos, en un nivel
estaba tan conmovido como yo ante las revelaciones que habíamos tenido, pero en
la profundidad de su mente se podía ¿escuchar? ¿sentir? un deseo: ¡Que Atlanta
suba a Primera!
Lo
miré furioso y él se sonrojó y puso cara de ¿qué querés que haga?
De
golpe miré a los habitantes de nuestro futuro y con fuerzas pensé:
-
“Pero si ustedes
se roban la Piedra
del Destino y fortalecen su presente, consolidan nuestro pasado y nos arruinan
el futuro”
Los
cinco se miraron entre sí con un poco de desconcierto.
El
más avispado de ellos, se separó del resto y telepateó:
-
“Su presente es hijo de su pasado y padre de su futuro que es nuestro presente,
no se puede modificar el presente sin tocar el pasado y así cambiar el futuro”
Dispuesto
a retrucar, transmití:
-
“Este presente es el pasado del futuro, es decir que para el futuro está el
pasado recién pasado y el pasado muy pasado, así que ustedes solo quieren solidificar
el pasado recién pasado y ni hablemos de tocar el pasado muy pasado, mientras
que nosotros queremos modificar lo que para ustedes es el pasado muy pasado pero
que para nosotros es el pasado recién pasado para producir una variación en
nuestro presente que es vuestro pasado recién pasado para alterar vuestro presente
que es nuestro futuro”
Quedé
muy satisfecho con semejante construcción que era imposible de comprender,
ellos se miraron entre sí atontados por tamaña exhibición de esa alquimia
verbal y empezaron a conversar mentalmente, su distracción fue algo que
aproveché ya que en esos momentos el rayo inmovilizador se aflojó un poco.
Logré
mover mi mano derecha y alcancé mi bolsillo, allí estaba el papel que nos había
dado Esmeralda, obviamente este era el momento de leerlo:
Con
la dificultad de desplegar con una sola mano un papel prolijamente doblado,
logré ponerlo entre los dos para que lo pudiéramos leer:
-
“Para vencerlos transiten sus raíces, caminen por su pasado, recorran su
infancia, ellos la han perdido”
-
“y esto que
significa” Dijo con su boca Marcos
-
“es alguna
clave” “Hay que descifrarla” le contesté
-
“Si es una
clave, está en estas palabras: Transitar, caminar, recorrer” Marcos estaba
contentísimo con su participación.
-
“También está
Pasado, Infancia y Raíces” dije para no quedarme afuera
-
“¿Qué querrá
haber dicho? Marcos me hizo señas que mirara a los ETs, estaban dejando de
conversar entre ellos y avanzaban con intenciones que no dejaban suponer nada
bueno para nosotros.
-
“¡Ya sé!” grité
con todas mis fuerzas, “Las calles de nuestros barrios, nuestras raíces,
nuestra infancia y nuestros pasados”
Marcos
inmediatamente entendió y empezamos a recitar con nuestra voz humana las calles
de nuestros barrios, las recitábamos como una invocación pagana de fuerzas
sobrehumanas:
-
“Cortina, Víctor Hugo, Moliere, Sarachaga, Bacacay, Miltón, Lope de Vega,
Camoatí, Morón, Yerbal, Juan B. Justo” empecé a gritar sin parar
-
“Antezana, Araoz, Camargo, Padilla, lavalleja, Julián Alvarez, Murillo, Jufré,
Humboldt, Juan B. Justo“ desgranó a todo volumen Marcos
Los
Grises se alteraron y no sabían que hacer
Nuestras
voces se fundían en una sola: “Cortina, Antezana, Víctor Hugo, Camargo,
Moliere, Padilla, Sarachaga, Lavalleja, Bacacay, Araoz, Lope De Vega, Murillo,
Camoatí, Jufré, Morón, Humbolt, Yerbal, Juan B. Justo”
Lo
repetíamos totalmente enajenados, el rayo empezó a desaparecer, empezamos
a acercamos al pedestal de la Piedra del Destino,
mientras tanto seguíamos a toda voz diciendo: “Cortina, Antezana, Víctor Hugo,
Camargo, Moliere, Padilla, Sarachaga, Lavalleja, Bacacay….”
Ellos
se fueron volviendo transparentes y su desaparición se veía muy cerca.
Nos
fuimos acercando a la Piedra
del Destino y cuando estuvimos a menos de medio metro alzamos nuestras manos
derechas y la tocamos, el pedestal empezó a hundirse y la Piedra ….. (bueno ustedes
ya sabén cuál es) derramó una lluvia de luces alrededor nuestro, los extraños
desaparecieron totalmente y en su lugar apareció fugazmente una imagen
flameante de Esmeralda que nos decía, ahora con su voz aguda:
-
“Triunfaron, el
pasado ha cambiado porque está cambiando el presente, hemos dado otra
oportunidad a la Tierra…
Felicitaciones Salvaron al Planeta”
Nos
miramos con inocultable orgullo y en ese momento Marcos me hizo notar que
nosotros también empezabamos a volvernos transparentes, inconsistentes.
Miré
a la imagen de Esmeralda y le grité: “y ahora que nos va a pasar”
-
“Al cambiar el
pasado se modifica nuestro presente, así que cada uno va a caer en su nuevo
presente, tal vez nunca más nos volvamos a ver… Adiós… fue un placer conocerlos”
y su proyección desapareció.
La
caverna se estremecía con pequeños movimientos y se aprestaba a colapsarse, lo
miré a Marcos y dándole la mano le dije: “Ojalá volvamos a vernos en otra
ocasión” él me sonrió y apretó mi mano: “Suerte” me dijo.
De
golpe nos volvimos cada vez más tenues y de pronto me vi inmerso en una especie
de caída vertiginosa rodeada de luces y sonidos, a medida que iba cayendo me di
cuenta que empezaba a olvidar todo, de pronto no supe dónde estaba y vi un
estallido de luz.
-
“Al fin lo
dijiste, yo también te amo” la voz armoniosa de Patricia iluminó mi pequeño
auto, su mano se apoyó en mi pierna y ella se acercó a darme un beso.
Estaba
inundado de felicidad, por la mano de enfrente un camión Verde venía a toda
velocidad como si fuera un tren de Greenpeace dispuesto a llegar a su destino
para rescatar una ballena encallada.
Llegamos
a la oficina y todo parecía un nuevo mundo, como si se hubiera recreado por la
simple razón de que Patricia me tomaba la mano con fuerza.
Fui
a mi puesto de trabajo y enseguida apareció Gutierrez, mi Jefe.
Con
el venía un muchacho:
-
“Hola, tengo
nuevas y buenas noticias”
-
“Sí, ¿Cuáles?”
dije con la mente puesta en Patricia
-
“Te presento a
tu nuevo compañero de trabajo”
El
muchacho me miró y dijo:
-
“Hola, Me llamo
Marcos y estudio Ciencias Económicas”
-
“Hola Marcos: vas a ver que el trabajo es interesante"
Cuando se fue mi jefe le dije: "No se porqué me parece que te conozco de algún otro lugar ¿nos vimos alguna vez?
Cuando se fue mi jefe le dije: "No se porqué me parece que te conozco de algún otro lugar ¿nos vimos alguna vez?
-
“A mi también me
pareces familiar, pero creo que no, que nunca nos vimos”
Nos
dimos la mano y empecé a explicarle todo sobre el trabajo.
El
futuro se me presentaba venturoso, es una buena vida.
Final
(Agradecimientos: A Verónica por la lectura del borrador del cuento,
sus sugerencias y correcciones y a Tomi por el tiempo que le robé por escribir)
(Agradecimientos: A Verónica por la lectura del borrador del cuento,
sus sugerencias y correcciones y a Tomi por el tiempo que le robé por escribir)
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