Amigos:
Ayer terminamos tan agotados que hoy nos
quedamos durmiendo hasta tarde.
Pasó el despertador a las ocho, pasaron las
nueve, llegaron las diez que es el límite del desayuno…. Pero estábamos
conectados con nuestro mundo onírico.
Desde hace unos días tengo algunas
dificultades, no ya esotéricas, sino más bien intracorpóreas,
gastrointestinales para más datos. Tengo cierta tendencia a vaciar con mucha
frecuencia mi antiguo ser (dicen los que saben que para llenar algo, primero
hay que vaciarlo), pues bien, se ve que estoy en eso decididamente.
Notas sobre Capilla:
- Tienen muchos perros sin dueño aparente, son mansitos y cada vez que uno de ellos te ve, como que siente la necesidad de acompañarte unas cuadras, protegiéndote. Suelen estar por toda la ciudad, sino vean:
(http://youtu.be/5f6PBffrMPU)
- Los capillenses tienen una debilidad, cada tanto logran hacer que cinco esquinas se encuentren y allí parece que se ejercita la teoría del caos, cada automovilista siente que tiene un mensaje divino que se podría traducir en: “Te toca a vos… mandáte”.
- Viven en la edad de piedra, cada cinco metros hay un negocio, o mantero, o simple puestito callejero que tiene una variedad de piedras importante, todas con alguna virtud que la hace indispensable para algún fin.
Luego del almuerzo nos decidimos por hacer caso
al viejo dicho: Si la Montaña
no va a Mahoma, Mahoma va a la Montaña.
Viendo que las presencias extraterrestres brillan por su
ausencia, nos inscribimos en una excursión nocturna para mañana sábado, la
excursión se llama Puertas del Cielo.
Promete una salida al Valle de Ongamira, un
encuentro de conexión interna, sonidos sagrados, cuencos, flautas nativas y
cantos medicinales. Trabajo de experiencia sanadora, reconexión con el Yo
interno. Le pregunté al promotor si “se ve algo” y el me contestó: Más que ver
para creer, hay que ir con la disposición de Creer para ver.
Luego agregó: Si Dios quiere veremos emisiones
de energía y… tal vez… sólo tal vez… seres de luz…..
El domingo la crónica para todos ustedes,
incrédulos.
Lo mejor de todo fue que nos pasamos con Vero
charlando sobre las creencias de cada uno, acerca de si uno tiene fe como
producto de sus deseos o simplemente uno recibe la fe como un don, en resumen,
una charla sobre los puntos que uno no suele hablar habitualmente… en algún
sentido Puertas del Cielo ya empezó a hacer efecto.
Por último, a la tarde hicimos el primer
acercamiento a la base del Uritorco, fuimos y volvimos caminando, son como seis
o siete kilómetros.
El cerro tiene su cosa imponente que un poco
nos amedrenta, en especial a mí: ¿llegaré?
A la noche, fuimos a la plaza central y el
grupo “Psicodelia Pachamamica” estaba tocando con cuencos de cuarzo,
percusiones y algo llamado didgeridoo, música rara, desestresante, al punto que
arrobado por los sonidos metafíscos me compré el cd de su música etérea por
diez terrenales pesos.
El muchacho los aceptó sin problemas….
Les recuerdo que esos cuencos son los que valen $ 450.- Escuchen un instante su músca:
(http://youtu.be/Cokdhok8YVM)
Mañana, será otro día
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