donde el borde se despereza.
Y ahí me paro, desbordado
frente al abismo asombrado.
¿Por qué las profundidades
convocan a sus vestales?
Para que en rápido salto
nos arrojemos desde lo alto.
Y hoy hay muchos abismos:
De dinero y de amores,
de poder son los mejores,
cero sonrisas, mucho cinismo.
Creyéndonos nuevos Ulises
nos atamos frente a las sirenas
pero el abismo está en nuestras venas
por más cadenas que utilices.
Y así nuestra vida naufraga
ansiando la caída anunciada
hacia un abismo que supone
plenitud y termina siendo nada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario