jueves, 2 de octubre de 2008

Una hipótesis enigmática


Ojo no te equivoques.

No soy un tonto, no soy un campesino crédulo que mira las lámparas y se pregunta de dónde sale la luz.

Soy inteligente, estoy informado, conozco las cosas, nadie me las contó, las pude deducir por mí mismo, se que dos más dos es cuatro y que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.

Por eso voy a plantear algo que, para poder avanzar, debemos acordar con algunos supuestos que daremos por ciertos, como si fueran axiomas matemáticos, esas verdades tan evidentes que para que vamos a gastar tiempo en volver a demostrarlas:
Argumento: Los platos voladores existen.

Cualquier otra discusión si bien es válida nos alejaría del punto que quiero exponer.
Los platos voladores existen y nos visitan desde tiempos inmemoriales.

Estuvieron para poner la piedra dadora de conciencia que vimos en la película “2001 Una Odisea Espacial”, nos ayudaron con las pirámides (levantaban las piedras, cortaban los bloques, tal vez pagaban los sueldos a los capataces y latigueaban a los esclavos, etc. trabajos menores pero necesarios).

Pararon todas las piedritas de Stonehenge e hicieron algunas changuitas por Sudamérica (lo de la Isla de Pascua, algunas Pirámides Mayas, esas cabezas Olmecas, etc. cositas sueltas, entretenimiento para el tiempo libre).

Últimamente se les da por aparecer en filmaciones de los satélites estacionarios de observación o en relatos furtivos y “off the record” de los astronautas que no quieren perder su pensión.

Se los puede observar en pinturas de cuevas neolíticas, en cuadros medievales, en grabados orientales y también se los puede rastrear en leyendas, relatos épicos, en la Biblia, etc. Etc.

Ahora las preguntas son:

• ¿Por qué en cuatro mil años o más, todavía no han cambiado el modelo de Plato Volador?
• ¿Por qué no hubo evolución de su tecnología?
• ¿Llegaron al límite?

Por tomarnos de ejemplo, desde las Carabelas de Colón o mejor aún desde los Trirremes Griegos hasta los barcos de la VI Flota, hay muchos cambios, pasamos de la tracción a esclavos a la fuerza nuclear, desde los espolones y catapultas con fuego griego a los misiles termonucleares.

Volviendo al enigma de nuestros extraños visitantes, las únicas explicaciones que se me ocurren y que resuelven el problema son dos:

• Los platos voladores no existen
• Los platos voladores son máquinas del tiempo y vienen de una misma época, por eso no cambian

Te dejo la duda clavada como una espina de pescado en una mala cena.

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