domingo, 21 de diciembre de 2008

Lote defectuoso


Ella apuró el paso. Desde hacía dos cuadras sentía que alguien iba detrás suyo, pero cada vez que se daba vuelta no conseguía ver a nadie... sólo la última vez le había parecido ver una sombra escondiéndose en algún zaguán, pero sólo fue eso, una sensación.

Venía de su trabajo -una farmacia- le había tocado el último turno y se habían hecho las dos y veinte de la madrugada, llevaba un vaquero gastado, zapatillas de una marca desconocida y una bolsa de plástico además de su cartera de tela roja. No estaba ni contenta ni triste, nunca podía concentrarse (o al menos así creía) en algún tipo de sentimiento después de estar doce horas atrás de un mostrador entre aspirinas y algodones, vendiendo y vendiendo.

Le faltaban tres cuadras y ya estaría sobre una avenida iluminada, sólo tres cuadras y no tendría ese miedo que ahora la estaba cortando en pedacitos...

En forma inesperada se detuvo, giró su rostro violentamente y vio a un hombre alto, vestido de negro, o por lo menos con ropa oscura que avanzaba rápidamente hacia ella. Seguramente se había estado acercando subrepticiamente pues ya estaba a menos de dos metros de distancia. Ella no podía entender como no se había dado cuenta, casi podía verle la cara si no fuera por la oscuridad y por su nerviosismo.

Los árboles se movían por la leve brisa que había empezado a soplar y en la calle no se veía a nadie, solo ella y esa sombra que cada vez estaba más cerca, a sólo un metro. Ella quiso gritar pero se dio cuenta que no le salía la voz.

-No te acerques... -dijo casi llorando -por favor, no me toques...

El extraño aceleró el paso y sacó una especie de punzón de hierro y se lo enterró en el medio de la frente. El arma al chocar contra el hueso frontal sufrió una leve desviación hacia abajo, a la izquierda, pero él la compensó empujando más fuertemente hacia arriba y a la derecha. Debía ser muy cuidadoso si quería que todo eso sirviera para algo.

El puño de su mano derecha quedó tocando la frente ensangrentada de la chica, esta estaba todavía con la bolsa en su mano y sus ojos miraban fijamente al punzón con una expresión llena de asombro.

El hombre sonrió... y lamió la sangre que le chorreaba por la mano, había seguido empujando el punzón hasta que este chocó y se clavó contra el tronco del árbol que estaba atrás de ella. Se le acercó hasta que los cuerpos se tocaron, uno frío como la muerte y el otro aún caliente... a pesar de que había perdido casi un litro de sangre.

Cualquiera que los viera pensaría que se trataba de una pareja, él se movía como dando un beso profundo, pero sus labios no estaban sobre la boca, sino sobre la herida abierta, estaba succionando cuando de pronto una luz los enfocó desde la calle.

Un patrullero había encendido una linterna y los iluminaba. Uno de los policías habló:

-A ver, ustedes... los que están en el árbol-

El policía abrió la puerta y bajó, siempre iluminando la espalda del hombre. Tenía la mano derecha sobre la culata de su revolver, la cartuchera estaba destrabada... lista para sacar su contenido...

Pero el hombre fue‚ más rápido de lo que el policía pensaba, giró su cuerpo como un resorte y lanzó el punzón que atravesó su cuello... El policía pesaba unos noventa kilos que comenzaron a desmoronarse, primero cayó la linterna que siguió prendida a pesar de haberse roto el vidrio que cubría al foco, los otros dos policías no salían de su asombro.

- ¡Cuidado! - Ramírez cuidado...!!! Tiene un cuchillo... Gritó el segundo agente mirando desesperadamente a su compañero.

El otro tomó el intercomunicador y quiso pedir ayuda:

-Socorro... - Alcanzó a gritar, el hombre le había tomado la garganta entre sus dedos pulgar e índice y estaba apretando con una mano dura como una tenaza. El tercer policía se agacho un poco para verle la cara mientras sacaba su arma, ese fue‚ su error. El hombre pasó su brazo izquierdo delante de la cara del que manejaba y alcanzó la solapa del uniforme del tercer policía.

- ¡¡Soltame, hijo de puta!! - Soolltameeeeeee...!! gritó. A lo lejos se empezó a oír la sirena de otra patrulla.

El extraño soltó al que manejaba, porque había sentido el crujido de la tráquea al romperse, estiró su mano derecha buscando la cabeza del último policía. Tenía casi medio cuerpo dentro de la patrulla. Cuando logró tantear la cabeza la tomó con ambas manos, el policía instintivamente soltó el arma y trató de sacarse esas manos que lo atrapaban… no lo logró, ese también fue un error. El último de su carrera.

-­Por favor… no me mates…. Tengo familia… por favor…! -comenzó a suplicar el policía, sus manos se agitaban tratando de zafarse de esos dedos que aún seguían apretando.

Los gritos comenzaron a despertar a los vecinos. Toda la situación empezaba a salirse de lo planeado. Gritos... un crujido... silencio.

- Siempre igual, siempre era lo mismo - pensó el hombre.

Ahora el asunto era escapar del lugar, antes de irse volvió a mirar a la chica, ahora ella estaba sentada contra el árbol y, salvo por la sangre que empezaba a secarse, se podría decir que descansaba...

La miró por un instante, vio que era más o menos linda y por un momento estuvo tentado de escarbarle la frente para conseguirlo, pero era preferible aguardar otra oportunidad, todo se había complicado de una manera increíble y no quería seguir agravando todo aún más. No, al menos por esta noche.

Comenzó a correr hacia el lado contrario de la sirena. Trató de olvidar esa punzada que sentía en su cerebro, esa necesidad irracional de acallar ese dolor… Ya habría otras oportunidades, ellos esperaba eso de su parte, solamente que supiera elegir la oportunidad, el resto era relativamente fácil.

………………………

El salón estaba en silencio, tanto la alfombra como las maderas de las paredes se encargaban de apagar los ruidos, en uno de los rincones cerca del gran ventanal que daba a la avenida estaban sentados dos personas de aproximadamente sesenta años, rostros serios, buena ropa y esos gestos que denuncian a las personas acostumbradas a ser obedecidas.

- Hay que hacer algo y pronto, sino podemos perder mucho – dijo el que parecía de mayor edad.

- Estamos investigando lo que pasó, las pistas que tenemos nos llevan al mismo lugar: El sujeto pertenece al grupo inoculado con el lote 23-A, desde el laboratorio nos informaron que ese lote es defectuoso, pasado el tiempo de incorporación del organismo algo en la sustancia produce una mutación a nivel cortical en los sujetos y les genera una especie de brote esquizofrénico, se desesperan por alcanzar la glándula pituitaria de sus víctimas, se podría decir que les huelen la hormona corticotropina y eso los vuelve locos… sin control…

- ¿Cuántos más se utilizaron con ese lote?

- Cuatro individuos más, siempre los lotes son de cinco sujetos, pero ya estamos tras ellos para cesarlos…

- Está bien, no tengo que decirle lo peligroso que es todo esto, puede llegar a complicar todo el negocio, los envíos a Irak y a todo Medio Oriente dependen de que esto termine sin preguntas ni investigaciones, recuerde que los americanos fueron claros en sus términos: Ellos proveen la droga para que los sujetos puedan cumplir cualquier tipo de orden sin restricción moral ni remordimientos y a nosotros nos toca encontrar a los "voluntarios". Las especificaciones obligan a que sean jóvenes, sin rásgos sajones, sin familia que genere preguntas, en suma perdedores de esta sociedad, descastados sin historia.... por eso elegimos tener como pantalla a la Iglesia del Cristo Total, de todos los que vienen siempre alguno cumple con las condiciones...

- No se preocupe, tenemos a todo el grupo de operaciones en estado de alerta, no vamos a perder decenas de millones de dólares por un lote defectuoso, no por nada somos los mejores proveedores de Latinoamérica.... El más jóven miró las luces de los autos en la avenida y pensó en todo el trabajo que tendría mañana....

1 comentario:

Soff dijo...

Lei la nota periodística y la verdad es muy interesante. ¡Nunca había escuchado la historia! Lo cierto es que tiene bastante relación con mi cuento, pero creo que me simpatizan más los ningunistas que Rómulo. No quiero decir que vaya a hacer lo mismo que ellos, simplemente comparto algunas de sus opiniones. Pienso como ellos que mi generación deja bastante que desear y hoy en día muchas cosas importantes han pasado a segundo plano mientras que otras cosas más relativas han alcanzado una importancia insólita. Sin embargo este grupo se había ido al extremo y ya sus propósitos no quedaban tan claros.

"Lote defectuoso" me erizó la piel, veo que seguís fantaseando con el ejército del futuro. No creo que se arriesguen a usar robots o estos humanoides bajo efectos de drogas, aunque nunca se sabe con las superpotencias que cada vez apuestan más fuerte y se equivocan más seguido. Y como siempre, las autoridades de estas se preocupan nada más que por sus intereses.

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