Ella estaba ahí, esperando...
El pasó antes y no la vió.
Sin saber se andaban buscando
y el ciego Destino los esquivó.
Ella se cansó y salió de allí.
El la siguió persiguiendo.
Ella volvió para estar ahí,
y El se quedó presintiendo.
El Destino mirándolos de reojo
se propuso realizar un intento.
El Destino se puso los anteojos
y al juntarlos se quedó riendo
Hubo flores en un ramillete
y volaron juntos sonriendo
como dos coloridos barriletes
en un cálido día de viento
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