El bosque es una cálida guarida,
la luna llena, vieja moneda de plata,
coagula la oscuridad de esa herida
que hice sobre tu rostro de alpaca.
Cada vez somos más y los aullidos
requiebran el silencio de la noche.
Los más viejos cierran los postigos
y traban las puertas de los coches.
Noche tras noche, los vamos cosechando.
Licantrópicos ejércitos de níveos colmillos,
la hermandad lentamente va aumentando,
somos primitivos y animalmente sencillos.
Con su mentalidad de propaganda y cartel.
Con sus cárceles y sus oscuras mazmorras.
Nos persigue una humanidad vil y cruel,
con un odio al distinto que todo lo borra.
Humano, tu racionalidad hoy te protege
y tu egoísmo te ayuda a vivir.
Entre muros, con miedo a salir,
mientras tu sociedad sin amor envejece
Tus batallas son victoriosas,
pero la división entre tus filas
ya se asoma misteriosa
y la tierra tiembla y cavila.
Vendrá por fin, El Fin
y tu imperio de años
quedará en dos mil.
¿Quién sanará tu daño?
¿Quién limpiará los ríos,
reemplazará el cemento
verdecerá los campos,
y quitará el veneno
que vertiste sin recuento.
Todo llega para un pobre lobo,
larga faena para una manada.
No te preocupes y sobretodo
por la victoria ve a la largada
que nuestra lucha está ganada.
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