domingo, 5 de febrero de 2012

Uritorco 2012: Día 6


Amigos:

Ayer fue un día increíble por la variedad de situaciones y circunstancias vividas, así que este relato se aleja un poco de los anteriores, por duración y, espero, por profundidad temática.

Mañana del sábado
Como a la noche teníamos la excursión “Puertas del Cielo” que iba a terminar muy tarde, se nos ocurrió que debíamos hacer algo livianito para estar con todos los sentidos abiertos para lo que vendría y que prometía ser el plato fuerte del día.

Preguntamos al dueño de nuestro hotel, cómo llegar al Templo Shiva Shakti que aparentemente estaba a 2 km y que prometía según el folleto que nos dieron en la Secretaría de Turismo de Capilla: Danzas antiguas y Katari (¿?) cuencos de cristal, clases de tantra yoga, tao she do (¿?), Maha Shakti (¿?), iniciación y profundización en filosofía tántrica.

Nuestro interlocutor, con su forma de hablar pausada, nos dice: Sí…. Es por acá (hace un mapa en un papel) doblas acá, seguís por allá, etc. Etc., pero luego desliza esto: “Es un lugar para ir, ver y sacarse unas fotos frente a los edificios…. Pero tiene malas vibraciones, y les sugiero seguir caminando un poco más y llegar al Templo Zen Shobogenji, el camino es muy lindo, no va nadie, silencioso, de un lado el Uritorco y el otro el monte, si no pueden llegar se vuelven en cualquier momento que el paisaje vale el esfuerzo”

Esa pequeña insinuación “tiene malas vibraciones” nos decidió a seguir el consejo y seguir al Templo Zen.

El recorrido hacia los Shiva Shakti, fue penoso pero llegamos, el templo estaba cerrado porque abría a las 18 hs y recién eran como la una, además tenía una contribu$íon de 15 pesos por persona (indudablemente una mala vibración), así que emprendimos el viaje hacia el Templo Zen.


Me imagino que ambos templos, que están en el mismo estrecho camino, son el Boca/River de la cosa oriental en Capilla, el Shiva tenía una inclinación hacia lo comercial que me pareció evidente, porque dabán actividades marcadas, como trote, artes marciales, danzas, etc.

Ahora sí, en subida hacia los Zen… a las 13.30 hs ya estábamos muertos por el sol y el cansancio y sólo habíamos avanzado un pequeño trecho, el paisaje alucinante, el Uritorco se mostraba con todo su esplendor hacia la derecha, y por la izquierda un monte tupido nos encajonaba en océanos de silencio que muy de tanto en tanto se quebraba por la llegada de un auto que indefectiblemente llevaba gente pelada.

Con innumerables paradas, y por primera vez agotando nuestra provisión de agua, llegamos (habíamos atravesado tres tranqueras, la primera de ella con la inscripción de “Respete el silencio”) así que mudos y exhaustos arribamos.

El Templo eran unos cobertizos, nada que ver con los edificios que mostraban los Shiva, a la vera de un camino de tierra, se veía gente (familias con chiquitos) algunos pelados otros no, pero nadie nos daba ni un mínimo de atención.


Yo, viejo adepto a la serie Kun Fu, recordaba que el pequeño saltamontes se quedó en la puerta del templo sin hablar como tres días y recién ahí, viendo su tesón, se dignaron hablar con el.

Pues en nuestro caso, diez minutos son tres días, así que le dije a Vero: Nos vamos. Y emprendimos la vuelta, a los tres metros aparece un muchacho de unos treinta años que traía fruta y nos habla en un castellano medio raro, después resultó que era Francés, y nos saluda muy amablemente, nos cuenta del calor que hace y se sorprende que hubiéramos venido caminando desde Capilla.

Se estableció un pequeño canal de buenas vibraciones, él se excusó de mostrarnos el Templo porque estaban en un período de actividades internas y no estaba abierto al público. Nos preguntó si teníamos agua y cuando le dijimos que muy poca, nos pidió la botella y la llenó con el agua del Templo.

Y nos dijo que a unos cien metros el camino estaba cruzado por un arroyo y que podíamos remojarnos un poco. Fuimos y descalzos en el agua, almorzamos fruta.

Zen 1  //  Shiva Shakti 0

La vuelta estuvo signada por nuestra frase de cabecera de estos días de caminatas largas: Vamos a parir gatitos…..

A las 18.30 llegamos muertos a Capilla, apurados para bañarnos y disponernos al plato fuerte….

Antes del relato, unas consideraciones:

En mi pequeño entendimiento de cuestiones de platos voladores (así, a la antigua es como me gusta mencionarlos), había una categorización de los avistamientos o encuentros:
  • Primer tipo: Ver luces extrañas o directamente un ovni en el cielo
  • Segundo tipo: Ver un artefacto o nave posado en la tierra
  • Tercer tipo: Ver un artefacto o nave posado en la tierra y ver también una entidad biológica
Estas categorías son bastante aceptadas. Luego aparecieron:
  • Cuarto tipo: Cuando un humano es “abducido”
  • Quinto tipo: Contacto telepático consciente y voluntario
Lo que yo llamaría línea clásica o dura, se centra en los tres primeros tipos, se buscan fotos, registros de radares, se entrevista a los testigos, se buscan datos físicos que corroboren los relatos, etc. Yo me siento más cómodo en esta línea.

Los seguidores del quinto tipo, abren la puerta a un abismo de casos sin posibilidad de contrastación. Sería la línea blanda. Pues Capilla esta tomada y claramente ganada por la línea blanda. De allí que haya todo un discurso sobre ciudades intraterrenas o interdimensionales que no son palpables físicamente, contactados, entidades psiquicas, etc.

Seguimos con el decurso del sábado. Son las 21.45 hs y estamos bañados y munidos de abrigo, agua, linternas y zapatillas para subir. A este paquete de equipamiento pedido por los organizadores, nosotros le agregamos el toque utilitario y materialista de 150 gramos de jamón cocido y 150 gramos de queso y un paquete de pan de hamburguesas, porque el horario de llegada a Capilla sería más o menos entre las tres o tres y media y nuestros estómagos son bien terrestres.

Nos llevaron a un monte cerca de las Cuevas de Ongamira, fuimos en una camioneta Partner o algo así, éramos doce con el chofer y los dos guías o maestros o iniciados o como sea que sean, a los diez kilómetros salimos de la ruta y entramos en caminos de tierra y ripio.

Nos dicen que nos ponen una música por los parlantes del vehículo, estaba ejecutada supuestamente en una frecuencia de sanación y de apertura de nuestros chakras (centros de energía del cuerpo humano). La sensación de viajar en una noche (con tormenta y relámpagos en el horizonte) totalmente a oscuras por caminos serpenteantes escuchando esa música plagada de gongs, sonidos raros, los famosos cuencos de cuarzo, etc. Era increíblemente atrapante, cada tanto la miraba a Vero y nos sentíamos que estabamos entrando en una aventura extraña.

Cuando llegamos a un lugar (curiosamente al lado de una gruta dedicada a la Virgen de Lourdes) nos hacen bajar y allí el Guía (Fernando) nos pide que nos reunamos en círculo y cada uno a su estilo y de manera interior pida permiso para entrar en ese paraje, al tiempo que cada uno en silencio hacía eso o lo que le salía, el tocaba un flautín. Supuestamente habíamos traspasado el primer portal dimensional (parece que hay como cuatro.... obviamente no se ven....).

Seguimos camino, la noche tenía una luna casi llena, el lugar era la cima de un monte que estaba al borde de un valle enorme, se veía todo bañado por la plateada luz de la luna. Sobre mi espalda se descargaban los relámpagos de una tormenta enorme sobre la ciudad de Jesús María. El silencio era acogedor.

Nos sentamos en circulo, Fernando y su guía acompañante (el chofer creo que se dedicó mundanamente a dormir en la camioneta), desplegaron un conjunto de un cuenco de cuarzo, un gong tibetano (vieron como voy aprendiendo) unos flautines y unas campanillas.

Nos pidieron que cerráramos los ojos, que pusiéramos nuestras manos sobre nuestros ombligos (no me acuerdo bien que chakra era ni que cosa hacía, pero tenía que ver con nuestra conexión con la Madre Tierra), mientras él hacía vibrar el cuenco de cuarzo, ella nos untó la frente con unas esencias que también abrían la conciencia y nos predisponían para sentir. El olor que tenían era agradablemente frutales.

Luego, vino una charla a cargo de Fernando.

Todo circulaba sobre la cuestión de los Mayas, unía conceptos más cercanos a libros de autoayuda y cosas orientales. Esa charla me pareció que tocaba temas muy por arriba, era inconsistente, tenía vaguedad, se paraba en posiciones ultraopinables, etc. Medio que  no me gustó.... ¿se nota?

Luego más música y una invocación final a la Madre Tierra, a sus Guardianes y Hermanos Mayores.

Al final nos hizo mirar sobre unos montes un poco alejados y, al decir de él y corroborado por algunos de los participantes, se veían pequeños destellos o luces que él atribuía a estas entidades que se hacían visibles.

Yo, con mi espalda rota por estar dos horas sentado sin respaldo, no ví nada, ni luces ni nada que se les pareciera. Por otro lado, una lucecita sobre un monte tiene un montón de posibles explicaciones, empezando por un bichito de luz….

Lo bueno: La experiencia de estar en la cima de un monte a la noche, en silencio, con una luna llena y una tormenta relampagueante es ¡¡ I M P R E S I O N A N T E !!. Me imagino que en otras épocas seríamos acusados de armar un aquelarre.

Que un grupo de personas se reúna en medio de la noche, con esa música extraña y realizara esas invocaciones a las entidades del bosque, eran cuestiones por las que la pacífica Inquisición te colgaba o te quemaba. Por suerte son cosas del pasado, ahora tenemos la deudas externas que empobrecen a los países, la represión interna, la pobreza extrema… sin duda somos más civilizados.

Terminamos con Vero a las cuatro de la mañana, riéndonos a carcajadas (cuando estuvimos solos en la plaza), haciéndonos unos sanguchitos de jamón y queso y hablando de lo que nos había parecido toda la experiencia.

Entidades de la Tierra: 0  //  Sanguchitos: 4

Capilla lentamente cerraba su noche de carnaval dejando los cadáveres de infinitos aerosoles de espuma, los últimos paseantes estaban sentados en los bares que aún quedaban abiertos y lentamente nos deslizamos entre ellos, conscientes que habíamos realizado una experiencia alucinante aunque no habíamos visto nada del otro mundo.... con este mundo nos alcanza.

El domingo nos despertó a las 14 hs. Con un calor agobiante y una tormenta que amaga y amaga pero nunca llega.


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